EL TAMBOR DE LA BOLSA - Trading en los Mercados Financieros desde 2007

sábado, 31 de marzo de 2018

Historial de la Cartera Pasiva Tambolsa (2/4)


(Continuación de la primera parte: Historial de la Cartera Pasiva Tambolsa - 1/4)

Rentabilidad de la estrategia desde el año 2005


Una vez vistos los gráficos de las 4 variantes, ya podemos sacar conclusiones de la estrategia. Las rentabilidades de las 4 metodologías se mueven entre el +86% y el +132% para los 13 años analizados. Hay estrategias activas que son capaces de alcanzar el +1.000% por década, así que estos resultados no impresionan demasiado. Sin embargo, hay que reconocer que estamos operando con carteras pasivas y que, por tanto, el trabajo dedicado es mínimo. Si lo pensamos detenidamente, tampoco están tan mal dichas rentabilidades para unos sistemas de inversión que no nos exigen apenas intervención.


En cuanto a las rentabilidades anualizadas, las 4 carteras pasivas se han estado moviendo dentro del rango situado entre el +4,8% y el +6,6%. No se trata de una gran diferencia en el corto plazo, pero no opinaremos lo mismo al final de un ciclo de 20 años. Con un capital de 100.000 euros, al cabo de 20 años acabaremos con 260.000 euros si el rendimiento es de 4,8% y con 360.000 euros si hablamos del 6,6%. Es la magia del interés compuesto. En cualquier caso, no se trata de rentabilidades espectaculares, sobre todo si tenemos en cuenta que estamos ponderados al 100% en renta variable.

Por último, llegamos al apartado de las caídas. Por lo que respecta a este tema, las máximas excursiones adversas de las 4 variantes se mueven entre el 53% y el 59%. Se trata de una dispersión reducida, pero no oculta el hecho de que estamos ante drawdowns elevadísimos. Aún así, hemos de tener en cuenta que estas caídas del 50% son típicas de los sistemas pasivos y de las estrategias de value investing. Más que tachar a las carteras pasivas de inviables, lo que tenemos que hacer es analizar nuestra propia psicología y determinar si estos sistemas encajan con nuestra filosofía de inversión.

Evolución de la estrategia en el ciclo 2008-2018


Vamos a echarle ahora un vistazo al último ciclo de medio plazo de 10 años. Para ello, nos fijaremos en el comportamiento de las diferentes carteras pasivas durante el período 2008-2018 donde, obviamente, los resultados continuarán estando afectados por la crisis inmobiliaria de 2008. A priori los drawdowns máximos deberían ser similares a los obtenidos anteriormente, pero habrá que comprobar si se siguen manteniendo las rentabilidades anualizadas (o no). Al igual que antes, iremos repasando una a una las 4 variantes de la estrategia.


En la imagen anterior se aprecia que la rentabilidad obtenida por la cartera durante los últimos 10 años ha sido del +34%. No hay mucho que comentar sobre estos resultados. Cuando uno decide mantener una inversión toda una década, lo mínimo que se puede esperar es duplicar el capital. La realidad es que un +34% apenas sirve para cubrir la inflación durante ese mismo período. De hecho, hubiésemos conseguido el mismo resultado con un fondo de retorno absoluto del 3% anual y el sufrimiento hubiera sido mucho menor durante todo el camino.

Por lo que respecta a la rentabilidad anualizada, la cartera pasiva Bolsa & Materias Primas se ha quedado en un ínfimo +2,9%. Un rendimiento que, como hemos dicho, no serviría para incrementar el capital una vez descontada la inflación. Y lo peor de todo es que el máximo drawdown asociado a la estrategia se sitúa en el 53%. Desde cualquier punto de vista, no es aceptable operar con un sistema que incurre en caídas superiores del 50% para obtener rentabilidades anualizadas de sólo el +3%. Se mire como se mire, la ecuación beneficio/riesgo no sale demasiado bien parada.


Pasamos ahora a la cartera Bolsa & Inmobiliaria y en el gráfico se puede apreciar que el resultado acumulado de esta variante se ha situado en el +55% durante esta última década. Sigue siendo una rentabilidad realmente escasa, aunque hay que destacar que supera en 21 puntos a la de la variante anterior. Las materias primas han seguido sin tener un buen comportamiento durante el último ciclo de 10 años y eso se deja notar en la cartera con mayor número de activos. Si sois conservadores, mucho cuidado a la hora de incorporar este tipo de inversiones a vuestra cuenta.

Dicho lo anterior, hay que comentar que la cartera pasiva Bolsa & Inmobiliaria ha alcanzado una rentabilidad anualizada del +4,4%. Siguen siendo unos números escasos pero, al menos, ya no son tan insignificantes como los del primer caso. En cuanto al drawdown máximo, en esta ocasión se ha incrementado hasta el 56%. Nada que añadir con respecto a lo dicho más arriba, seguimos teniendo una relación desproporcionada entre la máxima excursión adversa y la rentabilidad de la estrategia. No es recomendable trabajar con estos ratios.


El gráfico anterior corresponde a la evolución de la tercera variante de la estrategia. La rentabilidad en el ciclo 2008-2018 fue del +55%. Curiosamente, y sin que sirva de precedente, el resultado es idéntico al de la variante inmobiliaria. La crisis inmobiliaria de 2008 ha hecho que, durante estos últimos años, la correlación entre la bolsa y los REIT se incremente notablemente así que no deben sorprendernos estos números. Eso sí, tengamos en cuenta que esto no es así de forma permanente y tarde o temprano la correlación volverá a situarse en torno al promedio histórico del 50%.

Seguimos con los datos. La cartera pasiva Bolsa Extendida ha alcanzado una rentabilidad anualizada del +4,4% en esta última década. Y el drawdown máximo también es muy similar al de la variante anterior: en este caso queda situado en el 55%. Seguimos viendo caídas por encima del 50%, lo cual es típico de los sistemas pasivos de largo plazo. Si vamos a trabajar con esta metodología, debemos estar preparados para soportar la pérdida de la mitad de nuestro capital. Si abandonamos cuando las caídas empiezan a ser abultadas, nuestra cuenta cerrará con minusvalías y ya no podremos disfrutar de la recuperación posterior de la estrategia.


Por último, vamos a echar un vistazo a la cartera Bolsa Básica. Tal y como se aprecia en la imagen, la rentabilidad en el ciclo 2008-2018 fue del +34%. La verdad es que esperaba más de esta variante de la estrategia, pero la realidad es que únicamente ha sido capaz de igualar el resultado de la cartera de materias primas (que, dicho sea de paso, era la peor de todas). Cierto es que en este período se ha sufrido lo más crudo de la crisis inmobiliaria de 2008 pero, aún así, esperaba que el rendimiento repuntara muy por encima del de sus variantes hermanas.

Lógicamente, la rentabilidad anualizada de la cartera pasiva Bolsa Básica se sitúa en el +2,9% (el mismo dato que para las materias primas). Nuevamente, nos encontramos con una estrategia que apenas es capaz de igualar a la inflación, con lo cual ya nos podemos olvidar de disfrutar de un crecimiento real de nuestro capital. Por lo que respecta al máximo drawdown, aquí estamos hablando de un 56%. Como hemos comentado anteriormente, se trata de un ratio beneficio/riesgo que no debería ser asumido por ningún inversor que no trabaje con el largo o el muy largo plazo.


(Continuará en la tercera parte: Historial de la Cartera Pasiva Tambolsa - 3/4)

viernes, 30 de marzo de 2018

Feliz Semana Santa 2018

Sólo un post rápido para desearos que paséis una feliz Semana Santa. Como siempre, hay que aprovechar todas las oportunidades que tengamos para desconectar del mercado.
¡Que paséis unos buenos días!
Saludos.


sábado, 24 de marzo de 2018

Historial de la Cartera pasiva Tambolsa (1/4)

Hace algunas semanas estuvimos viendo la composición de la cartera pasiva Tambolsa o, siendo más precisos, de cada una de las 4 variantes de dicha cartera. En líneas generales, la idea consiste en disponer de una estructura que nos permita estar invertidos a largo plazo en renta variable. Sin embargo, nos quedó pendiente echarle un vistazo al comportamiento histórico de esta estrategia y al rendimiento anualizado que podemos esperar de ella. Hoy nos vamos a encargar de esta actividad de manera que, al finalizar el post, ya deberíamos tener todos los datos necesarios para poder decidir si este sistema de inversión encaja con nuestra filosofía o no.

Historial de la Cartera pasiva Tambolsa


Recordemos que la Cartera Tambolsa es una estrategia pasiva compuesta por una serie de activos ponderados en un mismo peso. Para su elaboración se escogieron productos relevantes de renta variable correspondientes a los sectores de Bolsa, REIT y Materias Primas. En teoría, esta combinación de valores sirve para maximizar el ratio rentabilidad / riesgo de una cartera pasiva. Eso sí, una cosa es la teoría y otra es la práctica. Por eso hoy vamos dedicar el post a analizar el comportamiento de este sistema de inversión durante las últimas décadas.

Hay que tener en cuenta que, en su momento, se escogieron los ETF como las herramientas más adecuadas para poner en práctica esta cartera pasiva. Eso sí, como todas mis propuestas, esta también es orientativa y cada inversor podrá escoger los productos que considere más oportunos. Si se sustituyen los ETF (Exchange Traded Fund) por Futuros o por Fondos de inversión, el funcionamiento general de la cartera debería seguir siendo el mismo. Eso sí, es muy recomendable tener soltura en el manejo de la herramienta elegida para operar.


En la tabla anterior se puede apreciar cuáles son los 12 ETF escogidos en su momento para la implementación de la estrategia. Recordemos que existen 4 variantes de la misma. La Cartera pasiva Tambolsa Básica se compone de los 6 primeros ETF (EE.UU. + Europa + Japón + Global + España + Emergente). La Cartera pasiva Tambolsa Extendida incluiría los 8 primeros ETF (Cartera Básica + Small Caps + Tecnología). La Cartera pasiva Bolsa & Inmobiliaria añadiría los dos fondos REIT a los ETF anteriores (Cartera Extendida + REIT Global + REIT Europa). Y, finalmente, la Cartera pasiva Bolsa & Materias Primas completaría la estructura con los dos fondos de materias primas (Cartera Bolsa & Inmobiliaria + Metales Industriales + Recursos Naturales).

Evolución de la estrategia desde el año 2005


A continuación, vamos a echarle un vistazo a la evolución de la cartera pasiva durante el ciclo 2005-2018. De esta forma, capturaremos la evolución de la misma durante la crisis inmobiliaria de 2008 y podremos hacernos una idea de cómo se comporta en estos escenarios de mercado. En cualquier caso, tampoco deberemos perder de vista la rentabilidad anualizada durante estos 13 años analizados pues, al fin y al cabo, este es el parámetro más evaluado por el inversor promedio. Eso sí, recordad que aquí no vamos a trabajar con stoploss alguno.


En el gráfico anterior podemos ver la evolución de la Cartera pasiva Bolsa & Materias Primas en el ciclo 2005-2018 (curva azul). Adicionalmente, también aparece el desempeño del índice de referencia Eurostoxx (curva roja), aunque en este caso el benchmark tiene poca relevancia. La rentabilidad acumulada por la estrategia durante estos 13 años fue de un +86%. No se trata de un resultado demasiado espectacular, pero ese es el problema de trabajar con operativas que no emplean ningún tipo de stoploss.

Visto de otro modo, podemos decir que la cartera pasiva alcanzó un rendimiento anualizado del +4,8% durante estos 13 años. Hablamos de plusvalías similares a las que se obtendrían con productos de renta mixta moderada pero, obviamente, estamos corriendo un riesgo mucho mayor. De hecho, no podemos dejar de fijarnos en que el máximo drawdown del sistema se ha disparado hasta el 53%, un valor excesivamente alto para todo aquel que no se considere un inversor agresivo. Como es fácil de adivinar, dicho drawdown se alcanzó durante los descensos provocados por la crisis inmobiliaria de 2008.


Nos centramos ahora en el gráfico con la evolución de la Cartera Pasiva Bolsa & Inmobiliaria durante el período 2005-2018 (curva azul). Recordemos que la composición es la misma que la del caso anterior pero deshaciéndonos de los dos ETF que invierten en materias primas. En esta ocasión, la estrategia incrementa su plusvalía hasta un acumulado del +122% durante estos 13 años. Como vemos, dejar de invertir en metales y recursos naturales nos ha sentado bastante bien. Ya lo he comentado en otras ocasiones: este tipo de activos son adecuados para sistemas especulativos pero no funcionan demasiado bien en estrategias pasivas de largo plazo.

En cualquier caso, la cosa ha mejorado ligeramente. Ahora la cartera pasiva incrementa su rentabilidad anualizada hasta el +6,3%, un 1,5% mejor que en el caso anterior. En cuanto al máximo drawdown, también se incrementa mínimamente y se sitúa en el 58%, un valor igualmente insostenible para el inversor conservador o moderado. Si nos decidimos a usar esta estrategia, hemos de tener en cuenta que durante las crisis bursátiles vamos a tener que soportar la desaparición de la mitad de nuestro capital. Meditemos sobre esto antes de lanzar la operativa.


Pasamos ahora a analizar la variante Cartera Pasiva Bolsa Extendida, compuesta únicamente de productos que invierten en Bolsa. Esto es, los mismos fondos que en la cartera anterior pero eliminando los ETF que se centran en la inversión en REIT. La rentabilidad acumulada durante el período 2005-2018 ha sido del +132%. Por tanto, queda claro que focalizarnos en el mercado bursátil habría sido más productivo durante este ciclo que tratar de diversificar incluyendo activos inmobiliarios o materias primas. No quiere decir que esto sea siempre así, pero sirve para hacernos una idea de por dónde pueden ir los tiros en el futuro.

Ahora los datos han mejorado un poco más. La rentabilidad anualizada de la cartera pasiva sube hasta el +6,6%. Ha conseguido superar en 0,3 puntos a la cartera inmobiliaria y en 1,8 puntos a la cartera de materias primas. Eso sí, el máximo drawdown sigue situado en un descomunal 58%, ya que la crisis inmobiliaria de 2008 afectó igualmente a los mercados bursátiles. Pero bueno, ya que no hemos sido capaces de reducir la máxima excursión adversa, al menos hemos podido incrementar ligeramente el rendimiento anualizado. No es lo deseado, pero algo es mejor que nada...


Por último, echemos un vistazo al comportamiento de la cuarta variante del sistema: la Cartera Pasiva Bolsa Básica. Para implementar esta variante, procedemos a eliminar los ETF que invierten en Tecnología y en Small Caps, quedándonos así únicamente con los activos que operan desde un punto de vista geográfico. La rentabilidad acumulada por la estrategia durante el ciclo 2005-2018 ha sido del +107%. Esta vez se rompe la tendencia y la variante con menos diversificación sólo es capaz de batir a la cartera de materias primas. Por contra, se queda 15 puntos por debajo de la variante inmobiliaria y 25 puntos por debajo de la variante extendida.

La estrategia más sencilla no ha resultado ser la más rentable. El rendimiento anualizado de la cartera básica se queda en el +5,7%, por debajo tanto de la cartera inmobiliaria como de la cartera de bolsa extendida. En cuanto al máximo drawdown, al contrario de lo que se pudiera pensar, resulta ser el peor de las 4 variantes y alcanza nada menos que el 59%. Como se aprecia, ninguna de las 4 carteras es capaz de mantener el drawdown por debajo del 50%, lo que pone de manifiesto el principal peligro de las estrategias pasivas. La única forma de trabajar con estas operativas es plantearlas con objetivos de largo o de muy largo plazo (a más de 20 años vista).

(Continuará en la segunda parte: Historial de la Cartera Pasiva Tambolsa - 2/4)

sábado, 17 de marzo de 2018

Estrategia de Cartera pasiva Tambolsa (3/3)

(Continuación de la segunda parte: Estrategia de Cartera pasiva Tambolsa - 2/3)

7º) Bolsa Small Caps: Siguiendo con nuestro recorrido, ahora toca fijarse en las pequeñas compañías. Aquí nuestras opciones se van reduciendo, ya que el universo de productos es menor. En cualquier caso, nos quedamos con el ETF Wisdom Tree International Small Cap Dividend.

8º) Bolsa Tecnología: Para acabar con el mercado bursátil, nos concentramos ahora en la tecnología. Para ello, nos vamos a centrar en replicar el índice Nasdaq. Por tanto, bastará con elegir el famoso ETF PowerShares QQQ, encargado de seguir la cotización del Nasdaq 100.

9º) REIT Global: Llegamos ahora al apartado de los productos inmobiliarios y, en primer lugar, nos vamos a centrar en el área Global. Existen varios índices REIT, pero nos quedamos con el FTSE EPRA/NAREIT Global. Para replicarlo vamos a usar el ETF iShares U.S. Real Estate.

10º) REIT Europa: Toca ahora valorar nuestra inversión REIT en Europa, una región con gran potencial en este mercado. Es complicado encontrar un producto adecuado para esta categoría. Tras mucho dudar, nos quedamos con el ETF iShares Europe Developed Real Estate.

11º) Metales Preciosos e Industriales: Pasamos ahora al apartado de Materias Primas. En primer lugar, tenemos que buscar la herramienta más adecuada para este tipo de inversión. Ninguna cuadra al 100%, así que nos quedamos con el ETF VanEck Vectors Junior Gold Miners.

12º) Recursos Naturales: Finalmente nos toca enfrentarnos con el mercado más especulativo. Para ello, no nos queda más remedio que replicar algún índice de commodities. Así que lo más recomendable es escoger el ETF PowerShares DB Commodity Index Tracking.

Ejemplo de Cartera Pasiva con ETF candidatos

Con los productos indicados no deberíamos tener problemas para estructurar cualquiera de las carteras pasivas a las que hacíamos referencia anteriormente. Por supuesto, sois libres de sustituirlos por otros fondos que os gusten más y que consideréis más adecuados para la estructura. Combinando los ETF anteriores, obtendríamos cada una de las 4 estrategias indicadas más arriba. Recordemos que eran las siguientes:

1º) Cartera pasiva Tambolsa Básica

2º) Cartera pasiva Tambolsa Extendida

3º) Cartera pasiva Bolsa & Inmobiliaria

4º) Cartera pasiva Bolsa & Materias Primas

Carteras pasivas con visión global de inversión


Como hemos visto, las carteras pasivas a las que hago referencia en este post se basan en sistemas centrados en renta variable. De esta forma, nos aseguramos de trabajar con una cuenta en la que se va a maximizar la rentabilidad obtenida. Eso sí, también hemos de ser conscientes de que, de este modo, vamos a tener que negociar con una volatilidad más elevada. Es fácil elaborar una cartera pensando en obtener grandes rendimientos, pero nuestra psicología también debe estar preparada para soportar los drawdowns a los que nos someta nuestra estructura de activos.


Lógicamente, debemos tener en cuenta este hecho a la hora de establecer nuestra estrategia de inversión global. Sería recomendable que, junto a esta cartera, dispusiésemos de otra cuenta cuya responsabilidad fuese la gestión de la parte de renta fija. Esta segunda cuenta funcionaría como contrapeso de nuestra cartera de renta variable y serviría para limitar la volatilidad global de nuestras inversiones hasta el umbral que tengamos predefinido. La renta fija / renta mixta es más aburrida que la renta variable y eso hace que muchos inversores se desentiendan de esta tipología de productos financieros.

¿Qué porcentaje de renta fija debería incluir nuestra estrategia global? Bueno, en realidad, eso va a depender fundamentalmente de dos factores. Por un lado, de nuestra aversión al riesgo: cuanto más tolerantes seamos mayor puede ser nuestra ponderación en renta variable. Y, por otro lado, también va a depender de nuestra edad: conforme vayamos cumpliendo años deberíamos ir incrementando nuestra ponderación en renta fija. Aunque no me gusta demasiado, para que os hagáis una idea podéis fijaros en aquella regla que dice que nuestro porcentaje de inversión en renta variable debe ser igual a 100 menos nuestra edad. Por ejemplo, una persona de 40 años debería tener el 40% de su capital en renta fija y el resto, el 60%, en renta variable.


Conclusiones de la Cartera pasiva Tambolsa


En resumen, para los amantes de las estrategias pasivas, aquí en el post hemos dado un repaso a las 4 variantes de carteras que considero más adecuadas para una inversión a largo plazo de este tipo. Obviamente, hay otras estructuras famosas e igualmente válidas (de hecho, hemos hablado de varias de ellas en el blog). Y, por supuesto, también podéis tomar estas carteras base e incluirles las modificaciones que consideréis oportunas. Seguro que tenéis alguna idea adicional que a mi se me ha pasado por alto (ya sabéis, hacedla pública más abajo en los comentarios).

¿Cuáles son mejores, las carteras pasivas o las estrategias activas? La verdad es que esta es una pregunta difícil de contestar. Y, de hecho, probablemente ni siquiera tenga sentido planteársela. Cada tipología tiene sus ventajas e inconvenientes intrínsecos y nosotros simplemente deberíamos quedarnos con aquella que se adapte mejor a nuestra filosofía de inversión. Dejaremos para otro futuro post comentar cuáles son los puntos a favor y los puntos en contra de la elección de una cartera pasiva frente a un sistema activo. Pero, en cualquier caso, no esperéis encontrar verdades absolutas sobre este tema...

Por lo que a mi respecta, suelo emplear una combinación de estructura pasiva y de estrategia activa. Esto es, la distribución periódica de mi cartera la voy realizando en función de una estructura pasiva que tengo predefinida. Pero, eso sí, la decisión de si debo estar dentro o fuera de un determinado mercado la voy realizando en función de estrategias activas. Como veis, no hay ningún problema en utilizar ambas tipologías de inversión en combinación. Si os sentís más cómodos, bastará con emplear un Buy&Hold sobre la cartera pasiva, pero nada nos impide ser más creativos a la hora de enfrentarnos con los mercados financieros.


Por último, recordad que si os decidís a implementar una cartera pasiva de este tipo, es importante que la complementéis también con otra cartera de renta fija. En general, nuestra estrategia global debe componerse de una parte variable y de otra parte fija o mixta. Esta distribución es importante para cualquier tipo de sistema de inversión, pero es absolutamente imprescindible para las estrategias pasivas. En estas últimas no trabajamos con stoploss de protección y, por tanto, la ponderación en renta fija es lo que nos va a ir permitiendo asegurar las ganancias a largo plazo.

Pues nada, esto es todo lo que quería comentaros con respecto a las estrategias de cartera pasiva de renta variable. Espero que os sirva de orientación para montar vuestra propia estructura de inversión. Si tenéis alguna duda ya sabéis que, como siempre, podéis dejarla aquí abajo en los comentarios.

Saludos.

jueves, 15 de marzo de 2018

Club 2040: Entramos en ligeras pérdidas

Aunque el mes pasado habíamos conseguido mantener la cuenta en positivo, finalmente el mercado nos ha desterrado en febrero al territorio de las pérdidas. Todavía no son grandes minusvalías, pero nos obligan a extremar la vigilancia sobre las posiciones abiertas. En principio, nuestros próximos movimientos van a depender del comportamiento de los principales índices mundiales sobre los soportes de medio plazo. Yo apuesto por un rebote sobre ellos pero, como esto no va de apostar sino de invertir, nos toca esperar pacientemente a que se produzca la reconstrucción alcista.

Club 2040: Entramos en ligeras pérdidas


En el repaso anterior comentábamos que los mercados habían comenzado con muchas dudas el presente ejercicio (ver post Club 2040: Demasiadas dudas en los mercados). Según indicábamos, lo más probable era que las caídas no perforasen los soportes de medio plazo. Y eso fue lo que ocurrió, los precios cayeron hasta los niveles clave y, desde ahí, se inició un importante rebote alcista. El impulso posterior encajaba perfectamente con un nuevo tramo de la tendencia ascendente de fondo y, por tanto, parecía dejar paso a una interesante oportunidad de compra.

Sin embargo, la realidad se ha acabado imponiendo de nuevo. El impulso alcista se ha agotado con rapidez y los mercados podrían dirigirse de nuevo hacia los soportes de medio plazo. Mientras aguanten la cosa no pasará a mayores pero, si fuesen perforados, tendríamos que actuar con rapidez. Las rentabilidades acumuladas por los índices en 2018 tampoco son demasiado prometedoras: el SP500 se queda en una minusvalía del -2%, el Eurostoxx en -8%, el Nikkei en -11%, el Ibex en -9% y los Emergentes en -2%. Son datos para echarse a temblar y recuerdan el inicio de crisis anteriores.



En el gráfico anterior podemos echarle un vistazo a la evolución de nuestra cuenta y de su benchmark. Al cierre de febrero la cartera acumula una minusvalía del -2%, mientras que en el Eurostoxx la caída se dispara hasta el -8%. Por tanto, a pesar de las pérdidas, en estos momentos mantenemos una diferencia favorable de 6 puntos con respecto a nuestro índice de referencia. Lógicamente, no podemos conformarnos con esto y tendremos que afinar nuestros sentidos para tratar de aprovechar las oportunidades que se vayan presentando en un futuro.

Composición de la cartera Club 2040


Por lo que respecta a la composición de la cartera, este mes no hemos realizado cambios relevantes. Seguimos a la expectativa y esperando a que el mercado se decida a perforar soportes o a superar resistencias. Lo que sí hemos hecho es cambiar unos productos por otros equivalentes y con mejor comportamiento. Por tanto, hemos procedido a vender los siguientes fondos: Robeco QI Emerging Cnsrv Eqs, DW Top Dividende LD y Templeton Frontier Markets  A Acc. En su lugar, hemos dado entrada a los siguientes: Seilern Stryx World Growht Eur, Candriam Eqs L Em Mkts y GS Emerging Markets Eq E.

Dicho lo anterior, las posiciones que a día de hoy tengo activas con lotaje del 100% son las siguientes: Carmignac Patrimoine con un rendimiento del -1%, Bestinfond con un -1%, Bestinver Bolsa con un 0%, GS Emerging Markets con un -3%, Seilern Stryx World Growth con un +2% y Candriam Emerging Markets con +2%. El resto de los fondos los mantenemos en cartera, pero con un 10% del lote máximo (como ya sabéis, 10% es el lotaje mínimo que actualmente tengo establecido para los activos de la cuenta de largo plazo).


Durante las próximas semanas tendremos que estar muy atentos a la evolución de los mercados norteamericanos. Tras los máximos marcados en enero en el nivel 2.880 puntos, el SP500 dejó un mínimo en febrero en los 2.520 puntos. Desde ahí parece estar reconstruyéndose al alza aunque, por desgracia, en ningún momento ha sido capaz de superar el nivel psicológico de los 2.800 puntos. La conquista de esta cota sería una buena noticia para los alcistas y, al contrario, la vuelta al rango 2.650 - 2.550 puntos decantaría la batalla a favor de los bajistas. En función de la resolución del escenario actual, tomaremos la decisión de comprar o vender.

Pues nada, eso es todo por lo que respecta al mes de febrero. Veamos por dónde se decanta el mercado durante las próximas semanas. El objetivo en estos momentos es tratar de reducir las minusvalías durante marzo y tratar de volver a los números positivos lo antes posible. Nos vemos dentro de 4 semanas...

Saludos.

sábado, 10 de marzo de 2018

Estrategia de Cartera pasiva Tambolsa (2/3)


(Continuación de la primera parte: Estrategia de Cartera pasiva Tambolsa - 1/3)

Expansión de la Cartera pasiva Tambolsa


Junto a las posiciones anteriores, consideradas el núcleo duro de la cartera, también añadiría otras inversiones muy relevantes si queremos potenciar la rentabilidad de la estrategia a largo plazo. Son las siguientes:

7º) Bolsa Small Caps: Para darle un poco de picante a la cartera, es imprescindible que incluyamos una porción de activos de pequeñas compañías. La inversión en Micro Caps es la más rentable a largo plazo, pero también es la más arriesgada, así que nos conformaremos con los Small Caps.

8º) Bolsa Tecnología: Quizás esté influenciado por mi formación académica, pero también considero imprescindible dedicar una parte de la cartera a este sector. En el siglo actual es imposible estar al margen de los avances tecnológicos, tanto en el mundo real como en el mundo de las finanzas.

Cartera Pasiva Bolsa de 8 activos

Con la inclusión de Small Caps y Tecnologías ya tendríamos 8 posiciones en nuestra estrategia. Esta es la que yo denomino Cartera pasiva Tambolsa Extendida, ya que incluye los activos bursátiles más importantes de los mercados financieros actuales. Como vemos, ya no nos posicionamos únicamente por regiones geográficas, sino que también intentamos invertir en otras tipologías de activos. Aún así, hasta aquí todavía estamos ponderando únicamente productos ligados a los mercados bursátiles, que constituyen la columna vertebral de nuestra estructura operativa.

9º) REIT Global: Llegamos ya a la parte de la cartera dedicada a la inversión inmobiliaria. Para ello, nos posicionaremos en activos relacionados con REIT Globales, que es la forma más líquida de entrar en estos mercados. La correlación con la Bolsa es de aproximadamente un 50%.

10º) REIT Europa: Finalmente, dedicaría también una parte de la cartera a inversiones inmobiliarias situadas en Europa (preferentemente en la Unión Europea). De esta forma, nos aprovecharíamos del potencial de los distintos mercados de nuestro viejo continente.

Cartera Pasiva Bolsa & REIT de 10 activos

Con estas 10 posiciones se completaría lo que considero como la Cartera Pasiva Bolsa & Inmobiliaria. Básicamente, estamos cubriendo todo el espectro relevante de mercados bursátiles e inmobiliarios de nuestro planeta. Cierto que podríamos añadir activos más especulativos para tratar de impulsar la rentabilidad de la estrategia, pero eso nos obligaría a asumir un riesgo que considero inapropiado para un inversor promedio.

En cualquier caso, para los que consideran que falta una pata de inversión en materias primas, podríamos incluir un par de activos adicionales. Serían los siguientes.

11º) Metales Preciosos e Industriales: Podemos dedicar una parte de nuestra cartera a la inversión en metales. Son los activos más apropiados si queremos incluir algo no relacionado con los mercados bursátiles e inmobiliarios. Los más conocidos serían los metales preciosos: Oro, Plata, Platino, etc...

12º) Recursos Naturales: Si queremos sentirnos como inversores profesionales, podríamos añadir una última posición en activos relacionados con recursos naturales. Se trata de productos bastante volátiles, así que más vale que tengamos una psicología robusta para trabajar con ellos.

Con estos dos últimos activos completaríamos la Cartera Pasiva Bolsa & Materias Primas (de 12 posiciones). Eso sí, debemos ser conscientes de que hemos incrementado notablemente la volatilidad con respecto a la cartera de 10 posiciones. Mi recomendación es que, en líneas generales, nos quedemos con la distribución en 10 activos y que, sólo si sentimos una necesidad imperiosa, pasemos a estructurar nuestra cartera con la distribución en 12 activos. No debemos dejar que el aburrimiento o la monotonía nos impulse a implementar estrategias demasiado arriesgadas para nuestra economía familiar.

Cartera Pasiva Bolsa & REIT & Materias Primas de 12 activos

Aunque no lo he dicho antes, para la cartera pasiva recomiendo una ponderación idéntica para cada uno de sus componentes. Esto es, si trabajamos con la cartera básica, entonces tendremos que posicionar el 16,67% de nuestro capital en cada uno de los 6 productos seleccionados. Del mismo modo, si nos decantamos por la cartera extendida, entonces tendríamos que ponderar un 12,5% del capital en cada uno de los 8 activos elegidos.

En cuanto a las estructuras restantes, en la cartera Bolsa & Inmobiliaria estableceríamos un 10% para cada uno de los 10 activos. Y, finalmente, en la cartera Bolsa & Materias Primas dejaríamos un 8,33% en cada uno de los 12 activos. No es una distribución sofisticada, pero es más que suficiente para el tipo de inversiones con las que vamos a operar.

Composición de la cartera pasiva Tambolsa


Una vez examinada cuál es la distribución recomendada para nuestra cartera pasiva, vamos a tratar de indicar algunos ejemplos concretos de activos que podrían formar parte de nuestra estrategia de largo plazo. Obviamente, cada inversor podrá desechar los que indico y escoger otros en los que tenga mayor confianza. Eso sí, es importante que encajen con la distribución que hemos detallado anteriormente ya que, en caso contrario, estaremos creando una cartera pasiva con una filosofía totalmente distinta de la inicialmente propuesta.



En principio, las herramientas escogidas para trabajar van a ser los ETF, pues son los productos que nos permiten realizar compras y ventas con mayor rapidez. Vamos con ello.

1º) Bolsa EE.UU.: Este es bastante fácil de seleccionar, ya que tenemos bastantes activos a nuestra disposición. Nos quedamos con el ETF SPDR SP 500. Los SPDR son productos gestionados por SSGA (State Street Global Advisors) y son muy conocidos en Norteamérica.

2º) Bolsa Europa: Otra porción de la cartera para la que tenemos una amplia oferta de activos. En este caso vamos a replicar el Eurostoxx, así que nos quedamos con el ETF SPDR Eurostoxx 50. Si alguien quisiera decantarse por el DAX, podría escoger el ETF iShares MSCI Gemany.

3º) Bolsa Japón: Aquí el universo de activos disponibles se reduce significamente, así que tendremos que buscar un poco más. Como la idea es replicar el Nikkei, vamos a quedarnos con el ETF iShares MSCI Japan. Os recuerdo que iShares es el proveedor de ETF de BlackRock, así que no estamos hablando de productos residuales.

4º) Bolsa Global: Vamos a buscar ahora un activo con vocación global, que nos permita aprovechar la evolución de la economía mundial. Lo mejor es replicar el índice MSCI World, así que vamos a quedarnos con el ETF iShares Global 100. Un producto solvente.

5º) Bolsa España: En cuanto a la inversión en periféricos europeos, en este caso vamos a quedarnos con España. Para ello, escogemos el ETF iShares MSCI Spain Capped. Si alguien prefiere ponderarse en Italia, podría seleccionar el ETF iShares MSCI Italy Capped.

6º) Bolsa Emergente: Por lo que respecta al mundo emergente, lo mejor es intentar replicar el índice MSCI Emerging Markets. Para ello, tenemos a nuestra disposición el ETF iShares MSCI Emerging Markets. Como dije más arriba, mejor dejar al margen los mercados frontera.


(Continuará en la tercera parte: Estrategia de Cartera pasiva Tambolsa - 3/3)

jueves, 8 de marzo de 2018

Fuerza Ibex: Entramos en pérdidas en el ejercicio

Finalmente el intento de incorporarnos al mercado durante el mes de febrero no salió como esperábamos y hemos tenido que abandonar de nuevo todas nuestras posiciones. Como resultado de estas operativas, la cuenta ha entrado en pérdidas por primera vez en mucho tiempo. La verdad es que las caídas de estas últimas semanas han sido más rápidas de lo esperado y han hecho que las minusvalías acumuladas sean mayores de lo que inicialmente tenía pensado arriesgar. En cualquier caso, todavía quedan muchos meses por delante para tratar de enderezar el ejercicio.

Fuerza Ibex: Entramos en pérdidas en el ejercicio


En el repaso anterior comentábamos que los inversores habían entrado en el año 2018 con muchas dudas acerca del futuro de los mercados (ver post Fuerza Ibex: Comienzo titubeante del ejercicio). Poco a poco el escenario se va aclarando y la cosa comienza a tener peor pinta de los esperado hace unos meses. Recordemos que en febrero la mayoría de los índices internacionales se apoyaron sobre soportes relevantes de medio plazo y comenzaron a experimentar rebotes técnicos de cierta entidad. La idea era aprovechar dichos rebotes para tratar de incorporarnos lo antes posible a la tendencia alcista de fondo.

Por desgracia, los rebotes parecen haber perdido su fuerza mucho antes de llegar a los máximos históricos dejados durante el mes de enero. ¿Estaremos ante el rebote del gato muerto? Todavía es pronto para decirlo, pero las sensaciones no son buenas en estos momentos. Las rentabilidades acumuladas por los índices en 2018 tampoco son demasiado prometedoras: el SP500 se queda en una minusvalía del -2%, el Eurostoxx en -8%, el Nikkei en -11%, el Ibex en -9% y los Emergentes en -2%. Son datos para echarse a temblar y recuerdan el inicio de crisis anteriores.


En el gráfico anterior se aprecia la evolución comparada de nuestra cuenta y del índice de referencia. Al cierre del mes de febrero la cartera acumula una minusvalía del -5% y, en paralelo, el benchmark cae hasta el -9%. Por tanto, en estos momentos la diferencia a nuestro favor se sitúa en 4 puntos. Sin embargo, este hecho pasa a un segundo plano si tenemos en cuenta que, en sólo dos meses, ya acumulamos 5 puntos de pérdida. Esperemos recuperarlos lo antes posible ya que, en caso contrario, vamos a asistir a un año muy complicado para nuestra estrategia.

Composición de la cartera Fuerza Ibex


En cuanto a la composición de la cartera, comentar que este mes hemos cerrado todas las posiciones que habíamos abierto en enero. Esto es, hemos vendido Abertis, Cellnex, Amadeus y Aena. Tal y como dijimos, la idea era aprovecharnos del rebote con esas entradas, pero la realidad es que el intento se ha saldado con más pena que gloria. Por ahora no vemos más oportunidades en el mercado, así que nos quedaremos algunas semanas a la expectativa. Hemos de asegurarnos de que funcionan los soportes de medio plazo antes de lanzar nuevas operativas alcistas.

Por tanto, en estos momentos dejamos posicionado todo nuestro capital en el fondo Carmignac Patrimoine a la espera de que pase la tormenta. Me gustaría decir que voy a comprar una serie de valores en buena situación técnica, pero ahora mismo prefiero identificar patrones de reconstrucción alcista antes de lanzarme de nuevo a la piscina. No hay de qué preocuparse: si aparecen oportunidades, ya tendremos tiempo de incorporarnos a la tendencia de fondo. Dejemos que las manos fuertes nos den alguna pista de por dónde se va a mover el mercado en un futuro próximo.


A pesar de las fuertes caídas experimentadas por los diferentes mercados, la realidad es que los soportes de medio plazo siguen funcionando. En particular, es importante que nos fijemos en el nivel 2.550 puntos del SP500. Mientras sea respetado, no deberíamos preocuparnos demasiado por la evolución del mercado. De hecho, si el precio se apoyara en dicho nivel, estaríamos ante una gran oportunidad para subirnos a la tendencia de fondo con un stoploss bastante ajustado. A pesar de nuestras entradas y salidas, el mercado alcista de largo plazo sigue vigente.

Y eso es todo por lo que respecta al mes de febrero. Las cosas no nos están yendo demasiado bien por ahora, pero esperamos tener tiempo para recuperarnos de aquí al final del ejercicio. Dentro de 4 semanas volvemos a encontrarnos para evaluar de nuevo la evolución de la estrategia.

Saludos.

sábado, 3 de marzo de 2018

Estrategia de Cartera pasiva Tambolsa (1/3)

Hace poco un lector del blog me preguntó que, si tuviera que establecer una cartera pasiva de largo plazo, cuáles serían los tipos de activos que incluiría en la misma. En concreto, se refería a una ponderación agresiva que maximizara los beneficios producidos por la renta variable. Hoy intentaré responder a esta pregunta. Eso sí, como siempre, no sólo voy a fijarme en la rentabilidad esperada sino que también trataré de que no se dispare ni la volatilidad ni el drawdown de la estrategia. La idea es optimizar el rendimiento sin incrementar demasiado el riesgo de ruina.

¿Estrategias activas o Carteras pasivas de inversión?


En primer lugar recordemos que las estrategias de inversión se dividen en dos grandes grupos, según la forma en la que se trate de alcanzar un determinado objetivo de rentabilidad. Por un lado, tenemos las estrategias activas de especulación y, por otro lado, las carteras pasivas de inversión. Como siempre digo, ninguna de ellas es mejor que la otra, todo depende de la rentabilidad a la que aspiremos, del riesgo que estemos dispuestos a correr y de nuestra psicología de trading. Debemos dudar siempre de cualquier gurú que afirme que existe un único camino para alcanzar el éxito en los mercados financieros.

Las estrategias activas de especulación son las técnicas que más frecuentemente se suelen encontrar en la bibliografía financiera. En función de una serie de reglas más o menos complejas, se van comprando y vendiendo activos. En general, tienen bastante aceptación entre los inversores promedio. ¿Por qué? No tengo clara la respuesta, pero supongo que el hecho de estar aplicando unas reglas y de estar lanzando órdenes de compra/venta nos da una falsa sensación de control sobre los mercados. Otro día, con más tiempo, intentaré dedicar otro post más en profundidad sobre este tema.


En cuando a las carteras pasivas de inversión, son operativas con menos glamour que las anteriores. Básicamente, se centran en definir un determinado Asset Allocation y en recomendar una ponderación específica de activos. Cada cierto tiempo se revisa la cartera para asegurar que se sigue manteniendo la distribución de valores y eso es todo. A nivel general, suelen requerir mucho menos trabajo que las estrategias activas y suelen venir acompañadas de una menor frecuencia operativa. Por tanto, no son técnicas nada recomendables para los traders con tendencias ludópatas.

Estrategia de Cartera pasiva Tambolsa


Dicho lo anterior, volvamos a la cuestión que queríamos resolver en este artículo. ¿Qué productos seleccionaría para una cartera pasiva de renta variable? Si tenemos en cuenta que debe ir dirigida a un inversor promedio, como premisa yo me centraría en el mercado bursátil. Ya sabemos que existen otros muchos tipos de activos financieros, pero suelen ir acompañados de una gran volatilidad y, por tanto, dudo mucho que una persona que no se dedique al trading sea capaz de gestionar con eficacia este tipo de posiciones.

Otra razón de peso para dejarlos al margen es que, en general, los activos no relacionados con actividades productivas no suelen tener tendencias seculares alcistas. Esto es, son perfectamente válidos para operativas de trading de corto plazo. Sin embargo, no son adecuados para estrategias de Buy&Hold ya que, a largo plazo, suelen conservar su valor y, por tanto, tener un rendimiento similar a la inflación. Para concretar, nos estamos refiriendo a activos tales como divisas, metales, materias primas, energía, coleccionismo, etc...


Por tanto, la columna vertebral de la cartera estará posicionada en Bolsa. Posteriormente, eso sí, tendremos que determinar qué mercados bursátiles priorizamos sobre los demás (una tarea nada desdeñable). Adicionalmente, también incluiría cierto posicionamiento en los mercados inmobiliarios, debido a su baja correlación (en torno al 50%) con los mercados globales. En principio, con esa estructura nos bastaría para establecer una cartera pasiva básica con la que enfrentarnos al largo plazo con ciertas garantías de éxito.

Núcleo de la Cartera pasiva Tambolsa


En cuanto a la selección de los activos bursátiles, me decanto por seleccionar productos que inviertan desde un punto de vista regional más que desde una perspectiva sectorial. Es decir, no pasa nada por incluir algún sector por el que tengamos cierta preferencia, pero el núcleo de nuestra cartera debería estar distribuida a nivel geográfico. De esta forma nos escaparemos de los problemas puntuales que, de forma periódica, se vayan desencadenando en determinadas regiones de nuestro globo. A largo plazo producirá el mejor ratio rentabilidad/riesgo.


Dicho eso, vamos con la mejor selección de inversiones que deberíamos incluir en nuestra cartera pasiva. Son las siguientes.

1º) Bolsa EE.UU.: Como no, nuestra primera posición tendrá que corresponderse con la primera potencia mundial. Lo mejor será posicionarnos en el índice SP500, activo que nos permitirá replicar con bastante exactitud la evolución de la economía norteamericana.

2º) Bolsa Europa: Como era predecible, nuestra segunda elección tenía que ser Europa. Preferiblemente, la inversión deberá ser en activos de la Unión Europea, la región con menor riesgo y menor volatilidad del continente. Por tanto, bastará con replicar el comportamiento del índice paneuropeo Eurostoxx.

3º) Bolsa Japón: Con nuestra posición en Japón completaríamos la inversión en el trío de economías más poderosas y seguras del planeta. Aunque el país del sol naciente no ha vivido un buen comienzo de siglo, parece estar despertando estos últimos años. Podemos quedarnos con el índice Nikkei.

4º) Bolsa Global: También es imprescindible que tengamos una parte de la inversión en activos globales. De esa forma, no nos perderemos la buena evolución de la economía mundial siempre que este hecho se produzca. El seguimiento podría realizarse a través del índice MSCI World.

5º) Bolsa España: Adicionalmente, incluiría una parte de nuestra cartera en economías periféricas europeas (PIGS). Sin ir más lejos, podríamos posicionarnos en España, aunque no sería descartable hacerlo en Italia, Portugal, Irlanda o Grecia. Para eso tenemos nuestro índice doméstico Ibex.

6º) Bolsa Emergente: No podía faltar tampoco en la cartera una posición en los mercados bursátiles emergentes. He descartado los mercados frontera por su alto nivel de riesgo, pero quién lo desee es libre de invertir también en ellos. A nuestra disposición tenemos el índice MSCI Emerging Markets.

Estas 6 inversiones es lo que yo denomino la Cartera Pasiva Tambolsa Básica , ya que contiene la estructura mínima con la que podemos implementar una estrategia de largo plazo. Tal y como se aprecia, con ella estamos posicionándonos en las regiones geográficas más importantes del planeta. De esta forma, si la economía mundial va bien, entonces nuestra cuenta no tendrá dificultades para capturar una buena porción de rentabilidad. Y, como a muy largo plazo la Bolsa es suavemente alcista, la cartera irá incrementando su capital con el paso del tiempo (sufriendo, obviamente, los correspondientes drawdowns cuando corresponda).

Cartera Pasiva Bolsa de 6 activos

(Continuará en la segunda parte: Estrategia de Cartera pasiva Tambolsa - 2/3)

Linkwithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...