(Continuación de la segunda parte: Historial de la Cartera Pasiva Tambolsa - 2/4)
Rentabilidad de la estrategia en el ciclo 2008-2018
Una vez vistos los gráficos de las 4 variantes, ya podemos sacar conclusiones de la estrategia. Las rentabilidades de las 4 metodologías se mueven entre el +34% y el +55% para los 10 años analizados. En cualquier caso, se trata de rendimientos muy pobres para una inversión sostenida durante una década completa. Podríamos justificarlo diciendo que en 2008 comenzó la crisis inmobiliaria pero, aún así, los sistemas tendrían que haberse reconstruido al alza con mayor rapidez. Unos números tan bajos parecen transmitir que la filosofía subyacente de la estrategia no es la más adecuada para batir a los mercados financieros.
Si nos centramos en las rentabilidades anualizadas, podemos apreciar que los números se mueven entre el +2,9% y el +4,4%. Hay una diferencia importante entre ambos resultados: mientras que el 2,9% sólo nos va a servir para cubrir la inflación, el 4,4% nos permitirá ir incrementando ligeramente el capital de nuestra cuenta. En cuanto al drawdown, se observa que los datos muestran escasa dispersión y todos se encuentran entre el 53% y el 56%. En cualquier caso, se trata de caídas por encima del 50% que hay que tener muy en cuenta a la hora de operar con estas estrategias.
En líneas generales, los resultados de todas las variantes durante el ciclo 2008-2018 han sido bastante deficientes. La crisis inmobiliaria de 2008 ha llevado los drawdowns por encima del 50% en todos los casos y lo peor es que, posteriormente, ninguna de las carteras pasivas ha sido capaz de capturar grandes ganancias. Aquí se ven claramente los problemas de operar con sistemas de inversión que no se apoyan en ningún tipo de stoploss. Pero bueno, si nuestro horizonte es de muy largo plazo y somos capaces de soportar la pérdida de la mitad de nuestra cuenta, tarde o temprano las rentabilidades de las estrategias deberían acercarse de nuevo al +10% anualizado alcanzado durante el siglo pasado por la bolsa norteamericana.
Evolución de la estrategia durante los últimos 5 años
Vamos a centrarnos, por último, en los últimos 5 años para evaluar las diferencias existentes con los otros ciclos analizados. Desde el año 2013 ya no hemos sufrido ninguna crisis financiera relevante y eso se tendría que notar en las rentabilidades alcanzadas por las carteras. En cualquier caso, es necesario que hagamos los números para verificar nuestras proyecciones. Es importante que no demos nada por supuesto ya que, en caso contrario, en muchas ocasiones nos llevaremos alguna sorpresa desagradable que se traducirá en pérdida de nuestro capital.
Ahora los números son mejores y la cartera pasiva alcanza un rendimiento acumulado del +38% durante los últimos 5 años. Sigue sin ser un resultado espectacular, pero al menos ya entra dentro de lo razonable. De hecho, si nos fijamos, este dato supera a la rentabilidad alcanzada por la misma cartera durante el ciclo 2008-2018. Es curioso observar dicho comportamiento, pero tiene sentido que sea así si estamos trabajando con mercados que llevan 5 años con importantes tendencias alcistas y con escasas correcciones relevantes. No tenemos más que fijarnos en la bolsa norteamericana para constatar lo comentado.
A partir de los datos anteriores podemos indicar que la cartera pasiva Bolsa & Materias Primas ha alcanzado un rendimiento anualizado del +6,6% en el período 2013-2018. Ahora, por fin, ya podemos afirmar que somos capaces de batir a los fondos de renta mixta. Por lo que respecta al máximo drawdown, en estos últimos años ha quedado reducido al 23%. A diferencia de todas las pruebas anteriores, esta vez ya ha quedado por debajo del 50%. Se trata de una caída asumible para una estrategia de largo plazo, tanto activa como pasiva.
Si pasamos a la variante Inmobiliaria, los números mejoran aún más. En los últimos 5 años el rendimiento acumulado de la cartera se ha situado en el +60%. Como vemos, ha superado en 22 puntos el rendimiento de la variante de las materias primas. Ya lo dijimos más arriba, pero esto confirma una vez más que el posicionamiento en recursos naturales sólo sería recomendable para sistemas de especulación de corto/medio plazo y no para estrategias de inversión de largo plazo. El problema es que, a diferencia de otros mercados, las materias primas no suelen dibujar tendencias alcistas seculares.
A partir del gráfico anterior podemos inferir que la cartera pasiva Bolsa & Inmobiliaria ha alcanzado una rentabilidad anualizada del +9,8%. Se trata de un resultado más que aceptable y que, ahora sí, se mueve más o menos en la línea del rendimiento anualizado de la bolsa durante el siglo XX. Por lo que respecta al máximo drawdown, se sitúa en un bajo 19%, umbral que podría ser mantenido indefinidamente por cualquier inversor cuyo horizonte se encuentre en el largo plazo. La verdad es que los resultados no tienen nada que ver con los del ciclo 2008-2018.
Pasamos ahora a las variantes puras de Bolsa. La cartera extendida se ha situado en una rentabilidad acumulada del +66%. Por tanto, ha sido capaz de superar por 6 puntos a la cartera inmobiliaria y por 28 puntos a la variante de materias primas. Esto va más en línea con lo esperado, ya que los mercados bursátiles internacionales se han estado comportando muy bien durante los últimos ejercicios. En cualquier caso, los REIT también suelen obtener buenos resultados a largo plazo y lo presumible es que esa diferencia de 6 puntos se vaya cerrando con el paso de los años.
Continuando con la revisión, podemos decir que la cartera pasiva Bolsa Extendida ha alcanzado un rendimiento anualizado del +10,6% durante los últimos 5 años. Mejora los resultados de las otras dos variantes y también supera la rentabilidad histórica de la Bolsa. Por lo que respecta al drawdown máximo, queda fijado en el 21%. Se trata de un umbral ligeramente superior al anterior, pero todavía es lo suficientemente bajo como para no causar excesivas preocupaciones a los inversores de a pie. Como se aprecia, todas las variantes están manteniendo sus drawdowns por debajo del 25%.
Pasamos a continuación a la última variante de la estrategia. El rendimiento acumulado durante los últimos 5 años por la cartera de Bolsa Básica se ha quedado en el +54%. Tal y como ocurrió en los otros dos ciclos analizados, esta vez tampoco ha conseguido superar ni a la cartera de Bolsa extendida ni a la cartera REIT. Eso sí, sus números ahora han quedado más cerca de estas dos variantes que de la operativa de materias primas. Objetivamente no se trata de un mal resultado, pero la realidad es que personalmente esperaba más de esta estrategia compuesta por 6 activos de gran calidad.
A partir de la prueba realizada, podemos concluir que la cartera pasiva Bolsa Básica ha obtenido una rentabilidad anualizada del +9,0% durante el período 2013-2018. Aunque inferior a las dos variantes anteriores, sigue tratándose de un buen resultado, sobre todo pensando en el largo plazo. En cuanto al drawdown máximo, aquí sube ligeramente hasta el 23%. Como hemos ido viendo, en todos los casos los sistemas han sido capaces de mantener la máxima excursión adversa por debajo del 25%. Eso es algo que agradecerá cualquier inversor que lleve ya algún tiempo dedicándose a esto.
Tip: ¿Qué es mejor? ¿Invertir en Oro o invertir en Acciones?
(Continuará en la cuarta parte: Historial de la Cartera Pasiva Tambolsa - 4/4)
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