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sábado, 17 de marzo de 2018

Estrategia de Cartera pasiva Tambolsa (3/3)

(Continuación de la segunda parte: Estrategia de Cartera pasiva Tambolsa - 2/3)

7º) Bolsa Small Caps: Siguiendo con nuestro recorrido, ahora toca fijarse en las pequeñas compañías. Aquí nuestras opciones se van reduciendo, ya que el universo de productos es menor. En cualquier caso, nos quedamos con el ETF Wisdom Tree International Small Cap Dividend.

8º) Bolsa Tecnología: Para acabar con el mercado bursátil, nos concentramos ahora en la tecnología. Para ello, nos vamos a centrar en replicar el índice Nasdaq. Por tanto, bastará con elegir el famoso ETF PowerShares QQQ, encargado de seguir la cotización del Nasdaq 100.

9º) REIT Global: Llegamos ahora al apartado de los productos inmobiliarios y, en primer lugar, nos vamos a centrar en el área Global. Existen varios índices REIT, pero nos quedamos con el FTSE EPRA/NAREIT Global. Para replicarlo vamos a usar el ETF iShares U.S. Real Estate.

10º) REIT Europa: Toca ahora valorar nuestra inversión REIT en Europa, una región con gran potencial en este mercado. Es complicado encontrar un producto adecuado para esta categoría. Tras mucho dudar, nos quedamos con el ETF iShares Europe Developed Real Estate.

11º) Metales Preciosos e Industriales: Pasamos ahora al apartado de Materias Primas. En primer lugar, tenemos que buscar la herramienta más adecuada para este tipo de inversión. Ninguna cuadra al 100%, así que nos quedamos con el ETF VanEck Vectors Junior Gold Miners.

12º) Recursos Naturales: Finalmente nos toca enfrentarnos con el mercado más especulativo. Para ello, no nos queda más remedio que replicar algún índice de commodities. Así que lo más recomendable es escoger el ETF PowerShares DB Commodity Index Tracking.

Ejemplo de Cartera Pasiva con ETF candidatos

Con los productos indicados no deberíamos tener problemas para estructurar cualquiera de las carteras pasivas a las que hacíamos referencia anteriormente. Por supuesto, sois libres de sustituirlos por otros fondos que os gusten más y que consideréis más adecuados para la estructura. Combinando los ETF anteriores, obtendríamos cada una de las 4 estrategias indicadas más arriba. Recordemos que eran las siguientes:

1º) Cartera pasiva Tambolsa Básica

2º) Cartera pasiva Tambolsa Extendida

3º) Cartera pasiva Bolsa & Inmobiliaria

4º) Cartera pasiva Bolsa & Materias Primas

Carteras pasivas con visión global de inversión


Como hemos visto, las carteras pasivas a las que hago referencia en este post se basan en sistemas centrados en renta variable. De esta forma, nos aseguramos de trabajar con una cuenta en la que se va a maximizar la rentabilidad obtenida. Eso sí, también hemos de ser conscientes de que, de este modo, vamos a tener que negociar con una volatilidad más elevada. Es fácil elaborar una cartera pensando en obtener grandes rendimientos, pero nuestra psicología también debe estar preparada para soportar los drawdowns a los que nos someta nuestra estructura de activos.


Lógicamente, debemos tener en cuenta este hecho a la hora de establecer nuestra estrategia de inversión global. Sería recomendable que, junto a esta cartera, dispusiésemos de otra cuenta cuya responsabilidad fuese la gestión de la parte de renta fija. Esta segunda cuenta funcionaría como contrapeso de nuestra cartera de renta variable y serviría para limitar la volatilidad global de nuestras inversiones hasta el umbral que tengamos predefinido. La renta fija / renta mixta es más aburrida que la renta variable y eso hace que muchos inversores se desentiendan de esta tipología de productos financieros.

¿Qué porcentaje de renta fija debería incluir nuestra estrategia global? Bueno, en realidad, eso va a depender fundamentalmente de dos factores. Por un lado, de nuestra aversión al riesgo: cuanto más tolerantes seamos mayor puede ser nuestra ponderación en renta variable. Y, por otro lado, también va a depender de nuestra edad: conforme vayamos cumpliendo años deberíamos ir incrementando nuestra ponderación en renta fija. Aunque no me gusta demasiado, para que os hagáis una idea podéis fijaros en aquella regla que dice que nuestro porcentaje de inversión en renta variable debe ser igual a 100 menos nuestra edad. Por ejemplo, una persona de 40 años debería tener el 40% de su capital en renta fija y el resto, el 60%, en renta variable.


Conclusiones de la Cartera pasiva Tambolsa


En resumen, para los amantes de las estrategias pasivas, aquí en el post hemos dado un repaso a las 4 variantes de carteras que considero más adecuadas para una inversión a largo plazo de este tipo. Obviamente, hay otras estructuras famosas e igualmente válidas (de hecho, hemos hablado de varias de ellas en el blog). Y, por supuesto, también podéis tomar estas carteras base e incluirles las modificaciones que consideréis oportunas. Seguro que tenéis alguna idea adicional que a mi se me ha pasado por alto (ya sabéis, hacedla pública más abajo en los comentarios).

¿Cuáles son mejores, las carteras pasivas o las estrategias activas? La verdad es que esta es una pregunta difícil de contestar. Y, de hecho, probablemente ni siquiera tenga sentido planteársela. Cada tipología tiene sus ventajas e inconvenientes intrínsecos y nosotros simplemente deberíamos quedarnos con aquella que se adapte mejor a nuestra filosofía de inversión. Dejaremos para otro futuro post comentar cuáles son los puntos a favor y los puntos en contra de la elección de una cartera pasiva frente a un sistema activo. Pero, en cualquier caso, no esperéis encontrar verdades absolutas sobre este tema...

Por lo que a mi respecta, suelo emplear una combinación de estructura pasiva y de estrategia activa. Esto es, la distribución periódica de mi cartera la voy realizando en función de una estructura pasiva que tengo predefinida. Pero, eso sí, la decisión de si debo estar dentro o fuera de un determinado mercado la voy realizando en función de estrategias activas. Como veis, no hay ningún problema en utilizar ambas tipologías de inversión en combinación. Si os sentís más cómodos, bastará con emplear un Buy&Hold sobre la cartera pasiva, pero nada nos impide ser más creativos a la hora de enfrentarnos con los mercados financieros.


Por último, recordad que si os decidís a implementar una cartera pasiva de este tipo, es importante que la complementéis también con otra cartera de renta fija. En general, nuestra estrategia global debe componerse de una parte variable y de otra parte fija o mixta. Esta distribución es importante para cualquier tipo de sistema de inversión, pero es absolutamente imprescindible para las estrategias pasivas. En estas últimas no trabajamos con stoploss de protección y, por tanto, la ponderación en renta fija es lo que nos va a ir permitiendo asegurar las ganancias a largo plazo.

Pues nada, esto es todo lo que quería comentaros con respecto a las estrategias de cartera pasiva de renta variable. Espero que os sirva de orientación para montar vuestra propia estructura de inversión. Si tenéis alguna duda ya sabéis que, como siempre, podéis dejarla aquí abajo en los comentarios.

Saludos.

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