Al igual que podemos invertir en Oro y Plata a través de los mercados de futuros, también tenemos la posibilidad de especular en metales preciosos de forma física. Además, si somos amantes del coleccionismo, una buena opción de compra la puede constituir la inversión en monedas de Oro o en monedas de Plata.
Con la compra de piezas de Oro tenemos la posibilidad de satisfacer dos necesidades al mismo tiempo. Por un lado, podemos destinar parte de nuestros ahorros a la inversión en un metal precioso que suele dar buenas rentabilidades a largo plazo. Y, por otro lado, también nos permite satisfacer nuestra inquietud como coleccionistas numismáticos.
Yo mismo, hace ya algunos años, estuve inmerso en el vasto mundo del coleccionismo de monedas acuñadas en metales preciosos. Y, aunque hoy en día tengo un poco abandonada la colección en favor de mi faceta de inversor, he de reconocer que sigue siendo algo que despierta gran interés en mí.
En más ocasiones de las que nos gustaría reconocer, cuando nos dedicarnos al coleccionismo de uno u otro tipo de artículo, lo que suele ocurrir es que, tras años de dedicación plena, acabamos abandonando la colección con una considerable pérdida de dinero. Esto no ocurre con los conjuntos de monedas de Oro y Plata.
Una vez elegida la temática de nuestra colección numismática, aparte del placer que nos va a producir ir completando la serie con esta o aquella moneda, la realidad es que también estamos inviertiendo nuestro tiempo y nuestro dinero en un metal precioso (Oro o Plata) que tiene su propia revaloración intrínseca con el paso del tiempo (ver post Invertir en Oro o Invertir en Acciones).
Por tanto, si somos consistentes, al cabo de muchos años (cuando nuestros hijos decidan vender las monedas heredadas) lo más normal es que se obtenga una revalorización doble: por un lado, la rentabilidad propia del oro y, por otro lado, la revaloración que acompañará a la rareza y particularidad de las monedas que compongan la colección. Esta es la ventaja de invertir en piezas de Oro y de Plata.
Por ejemplo, ¿cuanto valdrá, dentro de 20 ó 30 años, la moneda de oro de 1.000 euros mostrada en la foto anterior? Es difícil predecirlo, pero si estimamos una revalorización anual del +15% (sumando la rentabilidad del Oro más la rentabilidad de la colección), no sería de extrañar que en el año 2040 estuviésemos hablando de una moneda valorada en más de 40.000 euros. Por tanto, los hijos del coleccionista estarían muy felices de recibir una pieza tal.
En resumen, podemos concluir que invertir en monedas de oro y de plata constituye una buena solución para los coleccionistas que, en vez de perder dinero con su colección, quieran poner parte de sus ahorros en una inversión rentable a la que poder recurrir, en caso de necesidad, durante su jubilación. Como vemos, es una forma interesante de matar dos pájaros de un tiro.
Eso es todo. Esperamos haber despertado vuestro interés sobre una forma de invertir dinero que, además, nos permite poner a prueba nuestras dotes de coleccionistas.
Saludos.
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