Estrategia ROC6: Aprovechando el momentum
La verdad es que se trata de una estrategia que recuerdo con bastante cariño, ya que estuve usándola con cierta frecuencia en mis carteras durante mis primeros años en el mundo de la inversión. El sistema ROC6 formó parte de mis herramientas de trabajo hasta el año 2008, momento en que decidí sustituirlo por otros sistemas que se adecuaban más a mi psicología de inversión. A pesar de ello, tengo que comentar que no obtuve malos resultados con esta técnica. No puedo concretar los datos porque ya no dispongo de los registros de aquellos años, pero sí que recuerdo que me permitieron batir al benchmark.
No voy a entrar en detalles, pero os comentaré que la base del sistema es el indicador ROC. Concretamente, para esta operativa se emplea el ROC calculado con un período de 6 meses. La idea es, por un lado, entrar alcista en el activo cuando el ROC(6) sea positivo y, por otro lado, abandonar el mercado cuando el ROC(6) sea negativo. Para no estar entrando y saliendo constantemente del mercado se emplea el indicador ATR como colchón. De este modo, compramos cuando el ROC(6) sea mayor que 0,5*ATR y vendemos cuando el ROC(6) sea menor que -0,5*ATR. Como vemos, el concepto es bastante simple.
Originalmente, la validación de si el ROC(6) era positivo o negativo se hacía únicamente una vez al mes. En mi caso, este rebalanceo mensual fue el más óptimo. Sin embargo, si alguien se siente más cómodo con el chequeo semanal, pues no hay ningún problema en hacerlo así. Eso sí, deberá tener en cuenta que se incrementarán ligeramente los gastos de compra/venta. De este modo, con estas sencillas reglas, ya tenemos una estrategia preparada para aprovechar consistentemente el momentum del mercado y para exprimir al máximo la evolución de los movimientos tendenciales.
Estrategia ROC6 desde el año 2005
Dicho lo anterior, vamos ahora a echarle un vistazo a la evolución del sistema durante el ciclo 2005-2018. En este período hemos disfrutado de tendencias alcistas y hemos sufrido desplomes bursátiles, así que nos servirá para ver el comportamiento de la estrategia ante diferentes entornos. Si todo va bien, debería ser capaz de capturar gran parte de la subida durante los movimientos ascendentes y, por supuesto, tendría que evitar permanecer comprado durante las grandes caídas de los mercados. Sencillo de decir pero no tan fácil de implementar.
En la imagen anterior podemos ver la evolución del sistema durante estos últimos 13 años. Comentar que, como solemos hacer en estos casos, hemos aplicado la operativa sobre la Cartera Pasiva Bolsa & Materias Primas. La diversificación de dicha cartera es más que suficiente para extraer conclusiones relevantes de los resultados del backtesting. Con dichos subyacentes, la estrategia ROC6 consiguió una rentabilidad del +94% en el ciclo 2005-2018. Teniendo en cuenta que el benchmark se quedó en un +87%, podemos afirmar que al menos fue capaz de batirlo por un estrecho margen.
Visto de otro modo, diríamos que el sistema ROC6 alcanzó un rendimiento anualizado del +5,2% durante los últimos 13 años, frente al +4,9% en el que cerró el índice de referencia. La técnica consiguió batir al benchmark por 0,3 puntos, una distancia más bien escasa. Obviamente, es mejor quedar por encima que por debajo, pero no estamos hablando de una diferencia que vaya a ser sustancial en el largo plazo. En líneas generales, podríamos decir que la estrategia nos serviría para igualar la rentabilidad de los productos de renta mixta.
Ahora toca echarle un vistazo a la gestión del riesgo. En este aspecto, podemos observar que la estrategia ROC6 consiguió mantener el máximo drawdown en un -16%, un valor excepcionalmente bajo. En paralelo, el drawdown del benchmark se disparó hasta el -53%, con lo que estamos hablando de una diferencia de nada menos que 37 puntos (probablemente uno de los mejores resultados que he visto en este parámetro). En cuanto a la volatilidad, el sistema ROC6 se quedó en un 9% frente al 17% marcado por la cartera de referencia. Una distancia importante, en cualquier caso.
En resumen, podemos decir que estamos ante una estrategia ideal para replicar un activo subyacente con un drawdown mucho más reducido. En cuanto a la rentabilidad, el sistema bate al benchmark por un escaso 0,3% anualizado, una ventaja poco remarcable. Sin embargo, por lo que respecta al drawdown, la técnica es capaz de conseguir un resultado 37 puntos superior al del índice de referencia. No creo que a nadie le pasen desapercibidas las posibilidades que puede ofrecer una operativa con estas características.
Evolución de la estrategia en el ciclo 2008-2018
Pasamos ahora a ver el comportamiento del sistema durante el ciclo 2008-2018. Recordemos que en este período hemos sufrido la crisis inmobiliaria de 2008 y, por tanto, estamos ante un interesante test para ver cómo es capaz de recuperarse la operativa tras un movimiento descendente de gran magnitud. Como siempre recalcamos, es importante realizar backtestings tanto en mercados alcistas como en mercados bajistas (y, si es posible, también en entornos laterales), con el objetivo de verificar la robustez global de la estrategia examinada.
En la imagen anterior podemos observar la evolución de la operativa durante estos últimos 10 años. La estrategia ROC6 alcanzó una rentabilidad del +69% durante el ciclo 2008-2018. En paralelo, el benchmark se quedó en un +35%, así que el resultado fue favorable al ROC6 por una distancia de 34 puntos. A diferencia de lo ocurrido en el plazo más largo, ahora sí que somos testigos de una diferencia más sustancial. No cabe duda de que el comportamiento de nuestra técnica durante el mercado bajista ha sido superior al de la cartera pasiva.
Del mismo modo, podemos indicar que el sistema ROC6 obtuvo un rendimiento anualizado del +5,3% desde el año 2008. Teniendo en cuenta que el índice de referencia se quedó en un +3,0% durante ese mismo período, podemos afirmar que la técnica batió al benchmark por una diferencia de 2,3 puntos. Se trata de un resultado notable y, dicho sea de paso, de una rentabilidad a la que ningún inversor de largo plazo estaría dispuesto a renunciar. En cualquier caso, antes de lanzar las campanas al vuelo, tengamos en cuenta que los valores obtenidos en el plazo más largo no fueron tan buenos como los de este ciclo.
Por lo que respecta a la gestión del riesgo, en la imagen anterior podemos ver los resultados. La estrategia ROC6 tuvo un drawdown máximo del -17% durante el ciclo 2008-2018. En ese mismo período, el drawdown del benchmark se fue hasta el -53%, así que la operativa cosechó aquí una diferencia favorable de nada menos que 36 puntos. En cuanto a la volatilidad, el ROC6 se quedó en un contenido 9%, mientras que el índice de referencia alcanzó un 18%. Por tanto, en este parámetro el resultado también fue favorable al sistema por una distancia de 9 puntos.
En resumen, tras el backtesting de estos últimos 10 años, podemos decir que estamos ante una estrategia que nos permite batir con solvencia al benchmark. De hecho, en el apartado de rendimiento obtuvo una diferencia anualizada favorable de 2,3 puntos, un resultado que más que aceptable. Pero lo mejor es que dicha rentabilidad se alcanzó con un drawdown muy reducido, nada menos que 36 puntos inferior al obtenido por el índice de referencia. Estos datos por sí solos ya nos están diciendo que estamos ante una técnica a tener en cuenta y que merece la oportunidad de ser validada con una operativa demo o con una cuenta de microlotes.
(Continuará en la segunda parte: Estrategia ROC6: Rentabilidad anual del +5% - y 2)
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